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miércoles, 15 de abril de 2015

Adolescentes en la era Instagram

 Según la RAE la adolescencia es la etapa en la que se llega al completo desarrollo del organismo. Es la etapa en la que te sacan de tu pequeño mundo infantil para meterte en uno distinto. Es el primer capítulo de tu vida en el mundo nuevo donde aprendes a vivir y a moverte dentro de él. Es la época en la que aprendemos más cosas, no sólo a nivel académico, sino a nivel personal y moral.

 Pero en este capítulo  nos comportamos de manera diferente a los adultos. Nos tachan de infantiles y de acostumbrados a una vida de entretenimiento. De personas conformistas y sin ambiciones, refugiados en el mundo de las redes sociales.

Procedencia de la imagen aquí
  Muchos alumnos son adictos a las redes sociales, no se separan del móvil ni cuando duermen. Su uso cada vez es más frecuente.
En poco más de tres años se ha pasado del 60% en 2009 al 90% en 2011.
Por ese uso excesivo, los adolescentes tienen ahora un lenguaje más limitado.
Pero la generación anterior a la nuestra hizo algo parecido con la aparición del Messenger, y no hubo un gran aumento de abandono escolar, ni en nivel de lenguaje  de los adolescentes bajó considerablemente por eso.

 Dicen que los jóvenes de ahora no leen. Pero si es así, ¿Por qué se acaban determinadas lecturas juveniles?  Victoria Menéndez, profesora del instituto de secundaria Severo Ochoa, afirma que muchos profesores sólo tienen en cuenta el hecho de leer, sin importar lo que lean. "Leen lo que quieren, y no lo que nosotros queremos que lean" comenta Fernando J. López profesor de un grupo de teatro del instituto madrileño San Juan Bautista.

 A menudo los adolescentes son tachados de rebeldes y de problemáticos. En muchas ocasiones los jóvenes se quejan de que la policía les registra y les piden identificación. En realidad el número de adolescentes problemáticos es mínimo comparado con el resto.

  La adolescencia es la etapa en la que una persona es más maleable  e influenciable. Es como un árbol joven. Tiene las ramas blandas, y el tronco muy fino, capaz de doblarse. En este momento se debe guiar a la persona por el camino del buen saber, sin forzarlo. Como cuando le ponen al joven árbol un palo guía. Hay que dejar al árbol crecer solo, que crezca recto y sano, no hay que forzarlo a que crezca antes de tiempo.

                                
 



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